¿Qué entendemos por ciudadanía digital? Es una buena pregunta para comenzar el artículo, porque seguramente habrá distintas ideas acerca de lo que significa este concepto. ¿Es una nueva categoría de ciudadanía, legitimada por los Estados? ¿Una creación popular, aplicable a quienes pasan todo el tiempo navegando por Internet y utilizando apps en sus teléfonos inteligentes? ¿es aplicable solo a grupos que realizan activismo desde las redes sociales, como los ciberactivistas y los infoactivistas?
Para los autores Ribble, Bailey y Ross (2004), la ciudadanía digital puede definirse cómo las normas de comportamiento que conciernen al uso de la tecnología. Ellos detectaron nueve áreas generales de comportamiento que deben conformar la ciudadanía digital: netiqueta, comunicación, educación, acceso, comercio, responsabilidad, derechos, ergonomía y riesgo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) considera que la ciudadanía digital es un concepto en continua construcción; sin embargo, aporta la siguiente definición de ciudadanía digital:
Es un conjunto de competencias que faculta a la ciudadanía a acceder, recuperar, comprender, evaluar y utilizar información con fines creativos. Asimismo, implica compartir información y contenidos de los medios en todos los formatos, utilizando diversas herramientas de manera crítica, ética y eficaz con el fin de participar y comprometerse en actividades personales, profesionales y sociales (GTCD, 2020).
Otros autores, como Mossberger, Tolbert y McNeal (2007) definen la ciudadanía digital como “la capacidad de participar en la sociedad en línea” y añaden que “promueve la inclusión social”. Estas definiciones se refieren a la ciudadanía digital desde el aspecto normativo, o desde el conductual, desde las competencias o desde los recursos. Agregaré otra dimensión en este intento de aproximación al concepto: la dimensión espacial, toda vez que esta ciudadanía digital se pone realiza en el hiperespacio, donde lo local pasa a ser global (glocal) y las fronteras son difusas. Es un espacio de tensiones, con vocación de libertad y esquivo a la regulación.
Es importante no confundir el concepto ciudadanía digital con el de identidad digital o el de residencia digital.
La identidad digital es una herramienta que permite a los Estados identificar a los ciudadanos en el espacio virtual, asegurando que todas las interacciones electrónicas que realicen tengan un alto grado de certeza. Permite un proceso de verificación y autenticación eficiente y seguro, evitando la duplicación de información y reduciendo costos operativos.
La residencia digital , por otro lado, forma parte de una serie de iniciativas impulsadas por Estonia: se trata de un programa ofrece beneficios y ventajas a quienes quieran abrir una empresa y operar dentro de la Unión Europea, sin necesidad de tener la nacionalidad de ninguno de los países ni de vivir allí. La residencia digital no otorga ciudadanía: su objetivo es que los residentes digitales contribuyan a la economía del país con el giro de sus empresas. La iniciativa fue lanzada en el año 2014 y la idea que persigue es que los residentes digitales paguen los impuestos sobre sus ganancias donde éstas se generen y el gobierno estonio transmita los detalles de esos ingresos a las autoridades correspondientes.
Las TIC han posibilitado nuevas formas de acción política y participación en el espacio público por parte de los ciudadanos. La puesta a disposición de datos abiertos, además, da origen a una creciente tendencia de participación ciudadana y a la consolidación del movimiento internacional de hacking cívico y al continuo desarrollo de tecnologías vinculadas a la ciudadanía.
Marta Gaba – Twitter @ProfeGaba
Bibliografía mencionada en el artículo
Grupo de trabajo en ciudadanía digital – GTCD (2020). Estrategia de Ciudadanía Digital para una Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Mossberger, K., Tolbert, C. J., & McNeal, R. S. (2007). Digital citizenship: The Internet, society, and participation. MIt Press.
Ribble, M. S., Bailey, G. D., & Ross, T. W. (2004). Digital citizenship: Addressing appropriate technology behavior. Learning & Leading with technology, 32(1), 6.